Diana (manos blancas)

Sí,
Lo sé,
Molesta
Fastidia cierta puntería poética.
Mas no es ofensa
Porque mi corazón es el blanco
de algún que otro dardo
que arroja tu blanca mano.

Monster (mala fama)

Mi mutismo patológico
Mi mala fama
Mi tuertez de siempre
Y mi miseria material
hacen de mí un monstruo para las damas
(un monstruo hipersensible sí
pero un monstruo al fin)
Y para colmo mi poesía...
¡Oh mi poesía señores!
¡Qué abominable encanto!
¡Qué irresistible espanto!

Crazy Poet

Muchos fueron los que me aconsejaron
que renegara de mi condición
que estudiara una carrera
que trabajara en el mercado
pero hubo quienes me sugirieron
que siguiera escribiendo
Y eso fue lo que hice
Y quizá me arrepienta
de casi todo cuanto he escrito
pero no me arrepiento de ser quién fui,
con virtudes y defectos.
No, no reniego de mi condición
pero sepan señores
que yo estudié
y trabajé de tal forma
que fui como el pensador de Miguel Ángel
hasta quedar como el de Rodin.

La Dieta de la Luna

Las muy lindas
una a una
Me fueron diciendo:
¡Metete los poemas en el culo!
Y eso fue precisamente lo que hice.
Uno a uno
Me los fui comiendo
Y ellos a mí...
(acompañaba esta espléndida dieta
con mi dosis diaria de coca-cola)
Y ya sabemos que todo lo que entra…
Sí, señores…
Mientras vosotros defecabais dinero
Yo cagaba poesía.

Bajamar

Noche estival...
Estoy a solas con el mar en calma
Me zambullo como un delfín
Doy alguna que otra brazada
Y algún que otro silbido
Es exultante nadar en aguas desoladas
(tanto o más que hacerlo entre olas y sirenas)
Luego del refrescante chapuzón
camino por la playa
Descalzo
Y descamisado.
Lo que vigoriza
Y reconforta aún más.
Me siento libre
Me siento en paz
En esta noche estival
Es lo que me transmite el mar.

C. N. de F.

Siento la agradable brisa estival en mi cara.
Estoy mirando a través de la ventana de un bar.
Mientras recibo mensajes de viejas amigas
Me saludo con desconocidos
Porque ha ganado otro clásico
El cuadro del cual somos hinchas
Este linyera y yo.
Me encuentro del lado de afuera de la ventana
Por si no quedó claro.
Y pensar… que hace menos de una hora
Me quería suicidar.
Menos mal que me la agarré con la radio descompuesta de mi madre.
La arrojé contra la pared, haciéndose añicos.
Acto seguido, me tomé un refresco
Y me recosté, siguiendo el consejo de otro desconocido
Que me había visto arrastrando los pies por las calles.
Me dijo: quédese tranquilo.
Así se me fue pasando la tristeza y el mal humor.
Decidí salir a caminar por ahí
Pero esta vez con cierto decoro.
Y así fue como me encontré con otro triunfo
De mi queridísimo Club Nacional de Fútbol.

Stress 2

Ando complicado.
Necesito ayuda.
Mi madre me tiene escandalizado.
Sí, ella con su inocencia
Es la culpable de todos mis males
Pero también fue la culpable de mi bien.
Este dilema
Esta dificultad de difícil solución
Me tiene atribulado.
Estresado.
Me tiene enajenado.
Necesito ayuda-dije
Pero si espero por los políticos
Y sus blá-blá…
(por los políticos políticamente honestos)
Mejor que me vaya (sentando) del país
Por algún tiempo al menos
Ya que hoy ni entre ellos se entienden.
De este país recién a medio camino
Entre lo decoroso y lo ruin.
Lo que sí se entiende
Es que sólo hay serias dificultades
Y no soluciones difíciles
Y viceversa.
Se sobrentiende también
Que uno es la seria dificultad
Y que esta es a la vez
La difícil solución
Y viceversa.
Ahora bien, señores…
Así las cosas
Yo sigo complicado
Y necesito ayuda.

Hipérbole

Mi hiperbólica mirada
siempre presagia mi desventura
predestinándome así...
Pero no exagero si digo
que una abeja avispada
me aguijoneó más de una vez
Dejándome así con la miel en los labios...
Ni exagero si digo
que uno es obra del destino
Y que este es en sí mismo
el verdadero gran artífice.

La Fiesta de los Infelices

Me parece que esta fiesta no va a terminar bien…
Murmuraban con virulencia
Y mansamente me fui poniendo inquieto
Mientras observaba sus rostros
Mucho más furiosos que festivos.
Dichos y hechos que serían propios de simples beodos.
(escribo esto en pleno bombardeo pirotécnico)
Y así fue nomás…
¡Mi hermano envalentonado cazaría del cuello a mi pobre madre
Y la llevaría de arrastras por las calles!
¡Oh pobre madre mía!
¡¿Así pagan y agradecen los hijos?!
¡Qué bestialidad!
¡Qué mezquindad!
¡Qué alevosía!
¡Oh dios mío!
Le gritaría a mi hermano
Mientras trataba de consolar a mi pobre madre.
¡Y todo porque los muertos se asustan de los degollados!
Mi hermano arrepentido se iría a seguir bebiendo por los bares de la ciudad.
Más tarde mi pobre madre también se iría a errar por ahí.
No, no la pude consolar ni la pude persuadir.
Y atrás saldría yo
Llorando
A la seccional más próxima para dejar constancia de lo sucedido
En esta fiesta cada vez menos solemne
Y cada vez más infeliz.